La energía del stellium en el signo de Aries, nos invita a la acción
La energía de esta semana representa una invitación directa a hablar de Aries, cuya energía etérea nos conecta con la fuerza de los inicios. Aries es esa chispa generada de la fricción, del movimiento que da inicio al fuego. Es el fuego que libera, enciende y quema.
Estos aspectos astrológicos (stellium) que hoy observamos en el cielo, nos ofrecen una ventana de conexión con aspectos instintivos, con esa fuerza que surge de nuestras entrañas y que permite parir acciones, cambios, movimientos, rupturas, y fuerza para los inicios en cualquier área de nuestra vida.
Aries nos conecta con la valentía se sabernos los primeros, los hijos herederos y primogénitos y bajo esa premisa, saltar sin miedos a las nuevas experiencias. Soltarnos, pues es en la caída cuando podemos abrir las alas y explorar la grandeza que como humanos somos.
No existiría vida sin el impulso de Aries. No se podría desarrollar un signo siguiente o una caminata por la rueda zodiacal sin una fuerza poderosa. Una que marque el punto de partida, la transición de un lugar a otro, de un estado a otro y de una energía a otra. Ahora el gran desafío es hacer lo propio con pequeñas acciones en nuestras vidas, que sea el paso inicial que genere el movimiento. Y si el 2020 fue cambios, ahora se requiere de la potencia de tu fuego personal, para avanzar e impulsar, desde donde estás, a donde quieres llegar.
Solo es preciso que te des cuenta de que vales todos los riesgos que debas tomar, si eso traerá bienestar. Es importante señalar que en este momento en el que iniciamos el recorrido por la era de acuario, cuya energía nos invita a “hacerlo distinto”, es preciso reconocer que solo puede haber cambio si hay movimiento. Elegir salir de un estado de “confort” a otro estado incierto, con la suficiente certeza de que contamos con las herramientas necesarias para resolver nuestra vida de manera creativa. Porque todos tenemos esas herramientas que nos permitirán accionar en cualquier situación. En este punto, es imprescindible cuestionarnos si la necesidad de control, es lo que nos mantiene atornillados a nuestras realidades.
Suena sencillo, pero solo los que cambian las formas de hacer y se centran en usar el fuego para adaptarse, unirse al bienestar y fundirse con él, son quienes generan ese estado de SABER, que confiar en los ritmos de la vida y fluir con ellos, sin resistencia, es el verdadero valor que esta tiene. Pues será la vida misma quien nos mueva de estación en estación, hacia nuestro gran destino.