Que hermosas formas las que encuentra el universo para enseñarnos. Cada cierto tiempo, nacen artistas que nos llenan con sus sensibilidades y sin ninguna duda es un obsequio. También nos regala colores, naturaleza, amaneceres que, comprimen la felicidad en espacios, olores, sensaciones o sonidos. Luego están las personas, cuyos vínculos nos conectan con experiencias, sentimientos y emociones absolutamente profundas e inimaginables. Pero existen periodos donde el regalo no es tan evidente, sino que requiere tener una mirada sensible o un determinado instinto, que nos ayude a percibir, que nos encontramos frente algo grande.
La astrología permite identificar estos momentos de quiebre y concretamente la triple conjunción en capricornio, abrió un portal de transformación para construirnos de maneras tan diversas, como nuestra capacidad amorosa lo permita. Los ritmos naturales nos susurran que avancemos con valentía, porque lo que se espera de esta colectividad, es que elevemos los niveles de consciencias. Para cambiar se requiere una actitud humilde, y asumirnos ignorantes. Desaprender y adaptarnos, es inminente para hacer de este cambio, una existencia pacífica en el interior de cada uno.
Este año 2020, trae la energía del número 4, que nos habla de un “nuevo orden mundial”. Si adaptarnos resulta difícil en este momento, debo decir que el 2021 estará lleno de mayor frustración, para los que no se muevan con las nuevas dinámicas.Los lugares de incomodidad y dolor, nos muestran el área de nuestra vida que grita “cambio” y nos invita a desarrollar capacidades. El punto de partida debe ser, asumir la absoluta responsabilidad de nuestros caos. Transformar los pensamientos, creencias y formas de percibir la realidad, conectando con el corazón y la inocencia de cada uno, es la única forma de atravesar esta prueba, sin deshacernos. Doblarnos para no partirnos, ser dóciles y abrazarnos a la transformación.