El equinoccio marca el comienzo de la primavera en el hemisferio norte y del otoño en el hemisferio sur. Desde el punto de vista astrológico, representa el inicio de un ciclo, propicio para emprender procesos. Esta energía nos invita a ordenar, finalizar, finiquitar y “dar a luz” lo nuevo que deseamos impulsar. Este momento de fuego requiere comprometernos en utilizar la energía que tenemos en el cuerpo para renacer.
ENERGÍA ARIANA
Aries es el valiente que sale sin percibir el contexto, pues esta vibración se abre paso como puede; confía y se abalanza a experimentar lo que sea necesario. Por ello no tiene miedo al fracaso, pues esta potencia comprende que el inicio es más un acto de dar el primer paso, que de planificación. Luego irá desarrollando sobre la marcha las capacidades que requiera para garantizar la supervivencia. La fuerza que este momento invita, y que Aries representa muy bien, es salir del lugar donde hoy estés a otro, sin garantías.
Dentro de las principales situaciones que este signo manifiesta, está el uso de la energía del cuerpo. Es muy importante consumir la fuerza que otorga este signo mediante el movimiento, ejercicio, trabajo, etc.; porque al no ser utilizada, se transforma en ira, de allí la fama de rabiosos o irascibles que tienen estos nativos.
Aries es la inocencia del que actúa ciegamente. Lleva sobre sus hombros la responsabilidad de héroe, por lo que le gusta destacar. Ponen el pecho ante las situaciones y rompen cadenas de manera salvaje para garantizarse la vida. Las personas con mucha actividad ariana en su carta suelen percibir la vida como un escenario bélico, y comúnmente necesitan del choque para saciar su potencia.
Están hechos para la acción, por lo que son nómadas de corazón. No se comprometen a largo plazo con nada y si trasladamos este comportamiento al ámbito del amor, son personas con tendencia a la infidelidad, ya que después de que “cazan a la presa”, se sienten desmotivados y necesitan la excitación de “volver a la cacería”.
Suelen estar desconectados de la materia, por lo que no miden la cantidad de trabajo que hacen en breves lapsos de tiempo. No evalúan el costo que sus “batallas” les acarrea. Cuando se comprometen con una causa, no perciben los daños colaterales de esas acciones. Es común que logren sus objetivos, incluso arrasando con todo a su alrededor, entregando todo su esfuerzo físico, espiritual y mental, y no pueden parar hasta alcanzar la meta.
Son los encargados de abrir caminos y cumplir sus deseos, por lo que la rudeza en sus acciones es común. Este es uno de los asuntos complejos en Aries al momento de relacionarse, si su compañero no es un “guerrero” que está a la par en la batalla, le estorbará y no dudará en dejarlo atrás. Necesitan probarse que pueden con grandes retos y no dudará en seguir su instinto, porque el cuerpo le pide movimientos contundentes, y si esta energía no es proyectada, Aries explotará internamente llenándose de ira, enfermedades, etc.
Todos tenemos una zona aries, es medular nutrirla y explorarla con consciencia, para utilizar la fuerza que el elemento fuego ofrece en la construcción de tus metas. Recuerda que el primer paso es un acto de fe.